Palizas,
violaciones, "falanga", armas taser (de descarga eléctrica),
quemaduras con cigarrillos, humillaciones, tomas obligatorias de material
genético, secuestros incluso de alumnos ...
Los cuerpos
torturados, maltratados y humillados se alternan: manifestantes, inmigrantes,
presos, personas que se prostituyen, incluso menores, en la calle, en las
cárceles, en los centros de internamiento.
Pero
las manos son siempre las mismas: las de la policía.
La
mayoría de estos incidentes, o bien no se denuncian oficialmente, o bien se
investigan aparentemente y los responsables quedan impunes. Pero hay alguien,
ya, que considere que estos son, en verdad, unos casos aislados?
Ni
siquiera el ministerio de protección ciudadana dudó en publicar las fotografías
de los cuatro anarquistas detenidos en Kozani el 1 de febrero, con las caras de
tres de ellos deformadas por la paliza, alegando oficialmente a través de
su informe, que sobre ellos se había ejercido "violencia legal y
necesaria".
Los
propios detenidos han denunciado, a través de sus abogados y de sus padres, que
han estado con las manos atadas en la espalda y con una capucha en la cabeza
durante horas, mientras que la policía los golpeaba por turnos!
La
aparente manipulación de las fotografías ha sido incapaz de ocultar el horror
(o tal vez ni siquiera lo intentó?).
En
las noticias se ha transmitido la noticia sin ningún comentario.
Meses
atrás, también se paso por alto otro caso de tortura escandaloso en la
dirección general de la policía de Atenas; el caso de los 15 manifestantes
detenidos durante una moto-manifestación antifacista, que no adquirió su
dimensión real hasta que se hizo publico a través de los medios
internacionales.
Igual
que una serie de casos que se han ocultado: el del inmigrante torturado con
tenazas en la comisaría de Egaleo, el del preso menor al quien se reventó el
bazo a causa de las palizas en Amygdaleza, el de la violación con porra de otro
inmigrante en la autoridad portuaria de Jania y muchos, muchos otros.
Como
ciudadanos de este país no estamos simplemente preocupados.
Este
momento ya paso.
Ha
llegado el momento de hablar, de declarar públicamente que:
No
vamos a permitir que Grecia sea un gran Guantánamo.
No
volveremos a las prácticas de los regímenes de la dictadura.
La tortura es un
delito grave, y se debe castigar como tal.
No
vamos a acostumbrarnos al horror de la promoción de estas prácticas, no nos
vamos a rendir al miedo que lanzan como mensaje a la sociedad.
No vamos
a permitir esta brutalidad y su impunidad.
Griego-Comité contra la Tortura
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